ECONOMÍA SUBTERRÁNEA
La economía subterránea se refiere a las transacciones entre individuos diseñadas para no ser rastreadas o detectadas. Técnicamente incluye todas las actividades ilegales como la prostitución o las apuestas pero también engloba la evasión fiscal y otras actividades que caen en lagunas legales.
Cuando las agencias gubernamentales calculan las cifras económicas, tales como el Producto Interno Bruto (PIB), se basan en información obtenida de los informes de ingresos legítimos generados por las empresas, las organizaciones sin fines de lucro y contribuyentes individuales. Debido a su naturaleza, el tamaño de la economía irregular es difícil de medir. Los empleados en la economía subterránea pueden ser contados como desempleados en las estadísticas de empleo. Si tienen un empleo regular, y también trabajan en la economía irregular, entonces la cantidad total de insumos de trabajo está mal medido. Las estimaciones actuales sugieren que la economía irregular puede explicar del 10% al 25% del PIB.
La economía subterránea, ha existido siempre tal como su homóloga legítima. La diferencia es que el gobierno tiene cualquier cantidad de métodos para detectar el intercambio de bienes y servicios, pero muy pocas posibilidades de seguimiento a las actividades de una economía sumergida. Las prostitutas, jugadores y otros que perciben ingresos ilícitos no pueden proporcionar al gobierno información de empleo en sus formularios de impuestos del ISR, por ejemplo.
Algunos economistas estiman que la economía subterránea en los Estados Unidos representa por sí sola 1 billón de dólares (USD) por año que no son declarados. También se ha estimado que un 80% de todos los billetes de cien dólares terminan en el extranjero apenas pocas semanas después de su impresión. Sin embargo esto no quiere decir que todos los aspectos de la economía subterránea giren en torno a la actividad delictiva.
lunes, 27 de mayo de 2013
Economía informal
Se denomina economía informal a la actividad económica oculta, solo por razones de elusión
fiscal o de control meramente administrativo (por ejemplo, el trabajo doméstico
no declarado, la venta ambulante espontánea o la infravaloración del precio
escriturado en una compraventa inmobiliaria).
fiscal o de control meramente administrativo (por ejemplo, el trabajo doméstico
no declarado, la venta ambulante espontánea o la infravaloración del precio
escriturado en una compraventa inmobiliaria).
La economía informal o irregular forma parte de la economía sumergida, junto con las actividades económicas
ilegales (por ejemplo, la facturación falsa o falseada, el tráfico de drogas, el tráfico de armas, la prostitución,
el blanqueo de capitales).
ilegales (por ejemplo, la facturación falsa o falseada, el tráfico de drogas, el tráfico de armas, la prostitución,
el blanqueo de capitales).
La economía sumergida resulta incluida parcialmente en la estimación
del Producto Interior Bruto (PIB) como consecuencia del ajuste de los
métodos complementarios empleados para calcularlo.
del Producto Interior Bruto (PIB) como consecuencia del ajuste de los
métodos complementarios empleados para calcularlo.
Aunque la economía informal se ha asociado frecuentemente a países en desarrollo y economías
emergentes, todos los sistemas económicos, sin excepción, participan de ella.
emergentes, todos los sistemas económicos, sin excepción, participan de ella.
La economía sumergida no solamente causa un daño patrimonial a los ingresos del Estado,
con el consiguiente quebranto económico, sino que sirve a menudo para disfrutar indebidamente de
beneficios sociales, subvenciones y subsidios, al ocultar una parte de la renta de los contribuyentes,
convirtiéndolos así en acreedores de unos derechos que de otro modo no podrían disfrutar.
con el consiguiente quebranto económico, sino que sirve a menudo para disfrutar indebidamente de
beneficios sociales, subvenciones y subsidios, al ocultar una parte de la renta de los contribuyentes,
convirtiéndolos así en acreedores de unos derechos que de otro modo no podrían disfrutar.
Por último cabe reseñar que la economía sumergida es un importante supuesto de competencia
desleal entre profesionales, ya que abarata articficialmente los costes de producción de quien la practica.
desleal entre profesionales, ya que abarata articficialmente los costes de producción de quien la practica.
En particular, la economía sumergida en España representaría más del 23% del PIB. En España es el
equivalente a 240.000 millones de euros. El caso extremo en la Comunidad Europea es Grecia con más
del 30% del PIB.
equivalente a 240.000 millones de euros. El caso extremo en la Comunidad Europea es Grecia con más
del 30% del PIB.
Existen numerosas acepciones en el habla popular para designar esta economía: "pagar bajo cuerda".
pagar bajo la mesa"; "fuera de los libros" (de contabilidad); "pagar en B" (la tesorería dispondría de una Caja A,
que sí formaría parte del Balance, y una Caja B extracontable); "pagar en negro".
El término mercado negro se refiere específicamente a una porción de la economía sumergida en la cual
se utiliza el contrabando, concepto petenecinente a la Administración Pública aduanera.
Se denomina migración a todo desplazamiento de la
población (humana o animal) que se produce
desde un lugar de origen a otro destino y lleva consigo un cambio de la
residencia habitual en el caso de las personas o del hábitat en el caso de las especies
animales migratorias. De acuerdo con lo anterior existirán dos tipos de
migraciones: migraciones humanas y animales. Las migraciones de seres humanos
se estudian tanto por la Demografía como por la Geografía de la
población. Y las de especies animales se estudian en el campo de la Biología (Zoología), de la Biogeografía y en el de la Ecología. Los artículos que se pueden consultar
al respecto son:
·
Migración humana, que
presenta dos enfoques: el de la emigración, desde el punto de vista del lugar o
país de donde sale la población; y el de la inmigración, desde el punto de vista del lugar
o país a donde llegan los "migrantes".
·
Migración animal,
desplazamientos periódicos, estacionales o permanentes, de especies animales,
de un hábitat a otro.
También existe el término migración en el mundo de la informática,
siendo en este caso el proceso consistente en hacer que los datos y las
aplicaciones existentes funcionen en una computadora, software o sistema operativo
distinto. En la actualidad este término se ha utilizado mucho, debido al auge
del software libre y al hecho de que instituciones
públicas a nivel mundial han realizado procesos de migración exitosos.
La historia de la humanidad ha sido la historia de
grandes migraciones, por las cuales el ser humano se fue desplazando desde sus
lugares. Este proceso de migración constante era la condición natural de vida
de las sociedades tribales originarias. La migración desde África hacia Asia y
luego el resto del mundo se inició hace unos 70.000 años y bien podemos decir
que aún está en marcha.
Al hablar de migración es por ello conveniente
recordar los periodos históricos que precedieron al actual. Sólo desde el contexto
histórico y considerando las variables económicas y sociales, podremos
comprender los motivos por los que emigran, personas procedentes de todos los
continentes y que llegan a los países de destino con la expectativa de
permanecer por un tiempo o, tal vez, de construir una vida en ellos.
La historia de la humanidad hace referencia a
los grandes movimientos culturales, económicos, geográficos y políticos que
dieron origen a desplazamientos en masa de la población, tanto espontáneos como
forzados.
·
En la prehistoria se inició la expansión de la humanidad, alcanzando casi todas
las regiones habitables.
·
En la
antigüedad, Grecia, Cartago y Roma organizaban flujos emigratorios
como método para establecer las colonias necesarias para expandir el comercio
de la metrópoli, el cual constituía su principal medio de subsistencia.
·
La Edad Media duró un milenio en Europa y fue
testigo de tres procesos migratorios masivos: las invasiones
bárbaras, la expansión
del Islam y la formación del Imperio bizantino,
el cual vino a ser sustituido, ya en la Edad Moderna, por el Imperio turco (u otomano).
·
A partir
del descubrimiento de América,
millones de personas emigraron a los nuevos territorios. Los Estados Unidos del Norte son el mejor ejemplo de
un territorio poblado por sucesivas olas de inmigración.
·
En el
siglo XIX, (cesar) Revolución Industrial ya iniciada en el siglo anterior
en Europa, se inició una época de extraordinario crecimiento del colonialismo
con el fin de obtener, por parte de los países europeos en proceso de
industrialización los materias primas que necesitaban para esa industrialización.
·
Y en el
siglo XX (continuado en el presente siglo), un extraordinario desarrollo de los
medios de comunicación y transporte (automóviles, ferrocarriles, aviones,
barcos, etc.) han hecho posible las migraciones masivas de personas en una
escala global nunca antes vista. Se trata de migraciones de tipo
socio-económico, estimuladas por un proceso de desigualdad creciente entre los
países desarrollados y subdesarrollados y acentuados, en especial en este
último caso, por malos y hasta pésimos gobiernos.
Procesos relevantes en la
historia de las migraciones
·
La revolución
neolítica de hace unos 9.000 años, y que consistió
básicamente en el desarrollo de la agricultura intensiva bajo riego, trajo
consigo un desplazamiento enorme de la población en los continentes africano y
asiático primero y europeo y americano después, en el que millones de personas
abandonaron su modo de vida nómada para hacerse sedentarios. El
proceso de esta primera revolución ocurrida en la historia de la humanidad está
bien explicado en varias obras de V. Gordon Childe (especialmente en Los orígenes de la civilización (1 )
·
La
formación de los primeros imperios en el Oriente Medio y en el Mediterráneo oriental (Mesopotamia, Egipto, Persia, Media,Grecia, Macedonia, Fenicia) y en el
Mediterráneo occidental (Cartago y Roma) trajo consigo grandes desplazamientos
de pobladores y soldados, que se encargaron de ocupar, tanto libremente como
por la fuerza, nuevas tierras. El caso de los colonos romanos que se
establecieron en la antigua Dacia (actual Rumanía) puede
servir de ejemplo de estos desplazamientos.
·
El periodo de las grandes migraciones sirvió para que muchos pueblos
indoeuropeos se establecieran a ambos lados de los antiguos limes (límites) del Imperio romano.
·
El feudalismo tuvo un efecto dual en cuanto se
refiere a las migraciones de población: por una parte fijó a los campesinos al
suelo, es decir, a la tierra y aldeas de los distintos feudos. Por la otra, aunque redujo el
comercio, aumentó enormemente las guerras de conquista entre los feudos
existentes, lo cual dio origen a verdaderas invasiones y desplazamientos
masivos de la población, que fueron creciendo con el aumento y transformación de
algunos feudos en los Estados Nacionales a fines de la Edad Media lo que,
a su vez, determinó la decadencia definitiva del sistema feudal.
·
En la Baja Edad Media se desarrollaron las redes de las ciudades estado,
como la Liga Hanseática en el noroeste europeo y las
ciudades surgidas a ambos lados de los pasos a través de los Alpes y en las ciudades del Norte de
Italia, con el predominio deVenecia,
que llegó a ser la mayor ciudad del mundo gracias al desarrollo del comercio.
Estas ciudades crecieron enormemente por el desarrollo del comercio y dieron
lugar a grandes desplazamientos o migraciones entre el mundo rural y dichas
ciudades, así como el surgimiento de otras aldeas transformadas en burgos dedicados a la manufactura
artesanal que alimentaba ese comercio.
·
Los
comienzos de la Edad
Moderna marcan el inicio de los viajes de descubrimiento, la formación de Imperios
de ultramar, la colonización de otros continentes y países por parte, principalmente,
de los países europeos. El desarrollo de la navegación dio lugar a unos
desplazamientos masivos de millones de personas que, al mismo tiempo que dieron
origen a una verdadera despoblación en muchos países europeos, sirvieron para
fundar y poblar muchos países nuevos, sobre todo en América, a través de un
proceso que puede considerarse, al mismo tiempo, como una invasión y hasta
genocidio (especialmente en los primeros tiempos) pero también como la
fundación y desarrollo de un nuevo mundo con una mayor calidad de vida: Muchos
de los desarrollos técnicos iniciados en Europa pasaron rápidamente al
continente americano (uso del caballo, puentes, acueductos, caminos, molinos, plantas de cultivo, fraguas y
forjas catalanas (como la que se construyó en la Misión de San Juan Capistrano), etc. La ocupación
progresiva de laAmérica
del Norte por parte de los españoles, franceses e ingleses
(en este orden) se hizo más intensa con el descubrimiento de oro y plata en el Oeste del territorio en 1848, pero esta ocupación, sobre todo en el siglo XIX, tuvo
caracteres muy distintos a la expansión colonial en Hispanoamérica durante la
época colonial.
·
El
desarrollo de la Revolución Industrial dio origen al mayor proceso
migratorio de toda la historia que no ha terminado aún, sino que está tomando
nuevas formas: el llamado éxodo rural, que
involucró a miles de millones de campesinos en todo el mundo que fueron dando
origen, a su vez, al crecimiento descontrolado y excesivo de ciudades enormes.
·
La Gran Emigración europea (1800-1950).
Relacionado con el éxodo rural desde comienzos del siglo XIX y
durante casi un siglo y medio, millones de europeos pobres emigraron
principalmente hacia los continentes de América y Australia.
·
A partir
de 1950 en adelante se ha venido desarrollando un proceso emigratorio de
dimensiones incalculables en los países del Tercer Mundo, especialmente en los
más poblados. También relacionado con el éxodo rural, que
en el Tercer Mundo comenzó después que en Europa,
millones de personas de los países no desarrollados iniciaron un proceso de
migraciones hacia Estados Unidos, Europa, Canadá, Japón y Australia,
principalmente. Y la dimensión interna de esta gran emigración siempre ha sido
mucho mayor que la internacional, lo que está avalado por el hecho notorio de
que las grandes ciudades más pobladas del mundo actual han surgido,
precisamente, en países del Tercer Mundo (Shanghái, Bombai, México).
Teorías migratorias
Tipos de teorías
Las migraciones han sido analizadas desde el punto
de vista de distintas disciplinas académicas, existiendo hoy un conjunto de
teorías altamente especializadas sobre las mismas. Lamentablemente, esta
especialización no siempre ha ido en provecho del diálogo interdisciplinario y
una visión más holístisca del proceso migratorio.2 En particular, los enfoques
económicos, con su aplicación de modelos fuertemente sofisticados y
formalizados matemáticamente, han tendido a crear un campo de estudios
prácticamente separado del resto de las otras disciplinas.3
A pesar de esta diversificación y especialización
se pueden establecer ciertos parámetros para agrupar los distintos enfoques en
uso. Una forma simple de clasificar estos enfoques es atendiendo al énfasis que
se pone en distintos aspectos de los fenómenos migratorios. Así, por ejemplo,
hay enfoques que acentúan los así llamados “factores de expulsión” (push
factors en la terminología académica) que empujan a los
migrantes a dejar sus respectivas regiones o países (guerras, dificultades
económicas, persecuciones religiosas, desastres medioambientales, etc.). Por
otra parte, están los enfoques que acentúan los “factores de atracción” (pull
factors) que llaman a los migrantes hacia determinadas regiones o países (mejores
salarios, democracia, paz, acceso a la tierra y condiciones favorables de vida
en general).
Otra forma de agrupar los diversos enfoques, que
aquí se seguirá, es prestando atención al nivel del análisis ofrecido. Así por
ejemplo, tenemos análisis que enfocan prioritariamente los aspectos agregados o
estructurales (niveles comparativos de desarrollo, estándares de vida,
condiciones demográficas, grandes cambios socioculturales, las tecnologías de
la comunicación y el transporte, etc.) y que por ello pueden ser llamadas
explicaciones o enfoque “macro”.
Estas fueron las primeras teorías sobre el fenómeno migratorio y su fuerza
explicativa es notable a un nivel general. Sin embargo, la decisión de migrar
ni involucra a todos los que se ven afectados por los mismos factores macro ni
se puede deducir de manera axiomática de ciertas disparidades estructurales.
Por ello que otros enfoques han tratado de entender la decisión misma de migrar
a un nivel individual o del entorno humano que directamente la influencia.
Estamos por ello frente a enfoques que pueden ser llamados “micro” u orientados a entender el por qué
de la decisión particular de migrar. Sin embargo, durante las últimas décadas
se ha venido poniendo mayor interés en el nivel intermedio, o mediador entre
las condiciones estructurales y las decisiones individuales, que por ello
podemos llamar perspectiva “meso”. Se trata de entender fundamentalmente las
redes sociales y las organizaciones e instituciones concretas que posibilitan
la migración. Las redes o cadenas migratorias han sido, en especial, un foco de
gran interés dentro de esta perspectiva meso.4 También las organizaciones de
carácter criminal han sido estudiadas a este nivel.5
A continuación se darán ejemplos de estos tres
tipos de enfoques, macro, micro y meso, tratando de esta manera de entender los
aportes que cada uno de ellos hace, a su manera, a la comprensión de las
migraciones.
Enfoque migratorios a nivel macro
Enfoque demográfico
El enfoque demográfico es característico de este nivel
de análisis, poniendo el acento sobre las disparidades en cuanto al desarrollo
poblacional entre diversas regiones y países. Esta es, sin duda, la base de
todo análisis serio de los fenómenos migratorios que alcanza una importancia
cuantitativa ya que nos da una visión general sobre la existencia de un
potencial o de una demanda migratoria. Esto se relaciona, en general, con la
fase en que diversas zonas del mundo se encuentran en la así llamada “transición demográfica”, es decir, en los cambios
en la relación entre la tasa de natalidad y de mortalidad que explican la gran expansión
demográfica de los últimos dos siglos. En este sentido, las sociedades europeas
han entrado en una fase pos transición demográfica, en que esta tiende incluso
a revertirse en el sentido de que la tasa de mortalidad supera a la de
natalidad, generando por ello un decrecimiento poblacional. El contraste más
palpable con esta situación la encontramos en el continente africano, donde el
diferencial entre natalidad y mortalidad es, a pesar de las altas tasas de
mortalidad, muy grande, dando origen a un extraordinario incremento
poblacional. Así por ejemplo, entre 2010 y 2050 la Comisión de Naciones Unidas para la Población pronostica una
caída en la población en edad activa (15 a 64 años) europea de un 20% (de 500 a
398 millones) mientras que la africana más que se duplicaría (de 581 a 1.310
millones).6Estas
diferencias tan evidentes le dan de por sí una posición mucho más competitiva
en su mercado de trabajo a la población en edad activa que se encuentra en
Europa respecto de aquella que se encuentra en África. Esto debe, por supuesto,
combinarse con la disposición de recursos naturales y el nivel de desarrollo
alcanzado para poder calibrar con mayor exactitud el significado de las
disparidades demográficas existentes.
Enfoque sociológico
Un enfoque sociológico a nivel macro es aquel que
acostumbra llamarse “paradigma de la modernización”,
que asocia las migraciones con procesos de cambio socioculturales que
predisponen a aumentar la movilidad humana. Se pasaría así de una situación de
mayor sedentariedad y fuerte adscripción al entorno local, propia de una “sociedad
tradicional”, a una situación de alta movilidad y adscripciones
difusas a distintos niveles, propia de una “sociedad moderna”. Estos cambios
potenciarían primero las migraciones internas y, en particular, el proceso de
urbanización, para luego pasar a una fase de migraciones de más largo alcance
incluyendo las internacionales.
Enfoque económico
A nivel económico, la economía ortodoxa o “economía
neoclásica” ha acentuado las diversas dotaciones de factores
productivos(recursos naturales, trabajo, capital, etc.) en diversas
áreas y países, lo que da una retribución económica diferente al uso de esos
factores.7 En el caso de las migraciones la
abundancia de fuerza de trabajo en relación a otros factores productivos
potenciaría la emigración debido a los bajos salarios de un trabajo superabundante.
Por su parte, regiones con, por ejemplo, mucho capital o tierra en relación a
la población activa disponible tenderían a generar unos ingresos más altos al
trabajo y ser, por ello, atractivos como lugares de inmigración. Este sería el
caso típico de Estados Unidos en el siglo XIX, con mucha tierra accesible y
poca población, respecto de una Europa con poca tierra en relación a su
población. Lo mismo ocurriría hoy entre las regiones más desarrolladas con
mucho capital y relativamente pocos trabajadores respecto de muchas áreas menos
desarrolladas que muestran la situación inversa. En buenas cuentas, los flujos
migratorios, así como otros flujos económicos, tenderían a crear una situación
de mayor equilibrio en la dotación y remuneración de los factores productivos a
nivel global. Este equilibrio implicaría un mejor uso de los mismos, generando
grandes ventajas globales y abriendo oportunidades sustanciales de mejoramiento
de las condiciones de trabajo y de vida de los migrantes en relación a su situación
en el país de origen, si bien las mismas pueden parecer desventajosas en
comparación con las condiciones imperantes entre los trabajadores y las
población de los países de acogida. Esta perspectiva macroeconómica enfatiza
también las trabas a la inmigración provenientes de las organizaciones de los
trabajadores de los países más desarrollados que verían debilitado su poder de
negociación y por ende sus ascensos salariales al aumentar la cantidad de mano
de obra ofertada en su mercado de trabajo. Este es un típico ejemplo de lo que
se conoce como conflicto entre los “insiders” (grupos que están ya adentro) y
los “outsiders” (nuevos grupos que presionan por entrar en un mercado de
trabajo más favorable).
Desde un punto de vista dinámico la economía ortodoxa ha elaborado
una serie de teorías acerca de las relaciones entre migración, pobreza y
desarrollo.8 Se parte de una relación inversa
entre pobreza y migraciones de mediano y, en especial, migraciones
internacionales de largo alcance. Este tipo de migraciones son, habitualmente,
muy costosas en relación a los recursos disponibles por los sectores más pobres
de la población mundial. Esto es lo que se conoce como “trampa de la pobreza”
que dificulta o impide que aquellos que más tendrían que ganar migrando no
puedan afrontar la inversión que ello supone. Los que normalmente migran no
son, según esta perspectiva, los más pobres sino sectores medios o
relativamente privilegiados de sociedad en desarrollo. Es por ello que se habla
de una “autoselección” social y educacionalmente positiva de los emigrantes
respecto del total de la población del país de origen. Esto mismo explica el
hecho de que la emigración tienda a crecer, contrariamente a lo que
habitualmente se cree, cuando se inicia un proceso exitoso de desarrollo ya que
el mismo abre posibilidades para que más y más personas puedan invertir en la
migración hacia países donde su “capital humano”
sería aún más rentable. Esta emigración viene a su vez a potenciar, por medio
de las remesas,
el desarrollo del país de origen, generándose así un “círculo virtuoso” entre
desarrollo, emigración y más desarrollo. Cuando el nivel de desarrollo del país
de emigración lo acerca al del país de inmigración el flujo tiende a
ralentizarse para luego detenerse y, finalmente, invertirse, formando aquello que
se ha llamado la “U invertida”. Un ejemplo palpable de este proceso es laemigración
española hacia el norte de Europa, que fue fuertemente
potenciada por el desarrollo económico español de los años 1960 para luego, en
los 70, detenerse e invertirse cuando España alcanzó niveles de bienestar que
si bien aún eran inferiores a los del norte europeo no compensaban ya los
costes de todo tipo que impone la emigración.
El enfoque económico antagónico al recién expuesto
lo proponen diversas escuelas de pensamiento neomarxistas, que acentúan la polarización
internacional que vendría a empobrecer crecientemente las así llamadas
“periferias” del sistema capitalista mundial, forzando a sus poblaciones a
emigrar para subsistir creando de esta manera una especie de “Tercer” o “Cuarto
Mundo” migrante que se ofrece por bajos salarios y aceptando condiciones de “sobreexplotación”
en los mercados de trabajo del mundo desarrollado. Estas perspectivas tienen su
origen en la Escuela o Teoría de la Dependencia, popularizada por autores
como André
Gunder Frank ya en los años 1960,9 y en la así llamada teoría del sistema-mundo asociada al nombre de Immanuel
Wallerstein.10 De acuerdo a este enfoque
estaríamos frente a un círculo vicioso de explotación, empobrecimiento,
emigración y mayor empobrecimiento. Esta perspectiva general ha sido
complementada por las teorías del “mercado dual” o “segmentado” de trabajo,
asociadas a los nombres de Michael Piore, Stephen Castles y Godula Kosak. Para
estos autores existen dos tipos de mercados laborales y, de hecho, dos tipos de
clases trabajadoras en los países desarrollados: una compuesta fundamentalmente
por los autóctonos, que comparten condiciones regulares y aceptables de
trabajo, y otra formada por los inmigrantes, en particular aquellos en diversas
situaciones de irregularidad, que carecen de condiciones seguras y dignas de
trabajo.11
Enfoques migratorios a nivel micro
Los enfoques micro surgen de la necesidad de
explicar las decisiones reales de los sujetos de las migraciones, es decir, de
los migrantes mismos. El punto de partida de estas reflexiones es que realmente
existe una decisión migratoria y que no se trata de un hecho meramente forzoso,
como sería el tráfico de esclavos o las deportaciones masivas de población.
Estas situaciones extremas excluyen por cierto toda decisión del individuo
migrante que, de hecho, no es sujeto de la acción de migrar sino víctima u objeto
de la decisión de otros. Sin embargo, en la gran mayoría de los casos existe un
momento de voluntariedad y decisión que debe ser explicado, aún bajo
condiciones muy penosas. De hecho no todos, ni siquiera la mayoría de una
población sometida a persecuciones políticas intensas o a condiciones
económicas desventajosas dejan sus países de origen. Lo hacen algunos y no
otros que optan, por más dura que sea esa opción, por quedarse y resistir a las
condiciones adversas. Esto hace relevante la pregunta por la decisión de migrar
en circunstancias muy variadas.
La teoría económica ortodoxa enfoca este tema como si el
emigrante fuese un inversor cualquiera, que hace una evaluación de costos y
beneficios y elige, de acuerdo a ese cálculo y buscando maximizar sus beneficios,
si emigrar o no. Se trata de un cálculo difícil de evaluar en términos exactos
ya que implica una serie de incertidumbres y de costos que escasamente se dejan
sopesar (dejar a la familia, a los conocidos y a lo conocido, etc.). La
decisión “racional” puede, además, ser perfectamente “irracional” en el sentido
de que el cálculo puede basarse en informaciones erradas. Todo esto no obsta
para considerar al migrante como un “homo oeconomicus”
de texto ya que estos fallos de información se pueden dar en el caso de
cualquier consumidor o inversor. Según esta aproximación, uno de los factores
decisivos de la decisión de emigrar es la rentabilidad potencial del capital humano
del migrante en un nuevo mercado de trabajo, a lo que se le contraponen, como
costos, su ingreso actual y otras “pérdidas” de la emigración. Esto es lo que
vendría a explicar la observación incontrovertible de que, a falta de
impedimentos mayores y teniendo los recursos para migrar, los flujos
migratorios tiendan a ir de países de menores salarios a aquellos de mayores
salarios.
Contrapuesto a este punto de vista explícitamente
individualista ha surgido el así llamado paradigma de la nueva economía de la migración.12 En esta perspectiva se desplaza
el foco de atención de la decisión individual a la del grupo humano que forma
el entorno original del migrante (su familia nuclear o extendida, sus vecinos,
su pueblo, etc.). Al mismo tiempo se pone el acento no sobre la maximización
del beneficio sino sobre la minimización de los riesgos, que se logra al
desplazar miembros (habitualmente jóvenes) de un grupo a diversos nichos económicos.
Se trata, en resumen, de una decisión de migrar que atañe a un individuo pero
que ha sido tomada y financiada colectivamente como parte de una estrategia de
supervivencia de todo un grupo humano, lo que implica que el migrante lleva
consigo y debe responder a una serie de compromisos y lealtades con su grupo de
origen. Su conducta debe por ello ser grupal y no individualista, especialmente
en cuanto al uso de los beneficios económicos de migración (obligación de
enviar remesas) y a los compromisos de largo plazo, como por ejemplo la
elección de esposa o esposo o el compromiso de ayudar a nuevos migrantes del
mismo grupo de origen. Se forman así tanto cadenas migratorias como fuertes
solidaridades transnacionales que condicionan vitalmente la vida del inmigrante.
A pesar de sus evidentes diferencias cabe destacar
una similitud básica entre el enfoque micro de la economía ortodoxa y el de la
nueva economía de la migración: ambos parten de la existencia de un cálculo
racional como fundamento del hecho migratorio. En un caso realizado por un
individuo que busca su máximo provecho y en el otro por un grupo que también lo
busca.
Frente a estos enfoques “racionalistas” existe el “misterio de los pioneros”, aquellos individuos o pequeños
grupos que abren un nuevo horizonte migratorio y a los que luego seguirán
muchos otros por motivos muy distintos y, habitualmente, más explicables que
los de los pioneros. Estos “aventureros migratorios” son difíciles de encuadrar
en una teoría más general, siendo muchas veces los diferentes e incluso los
disidentes de una comunidad o sociedad determinada, que la dejan impulsados por
una búsqueda incierta de una vida diferente o, a veces, por el simple rechazo
social ante sus conductas inconformistas o “socialmente desviadas”. De esta
manera partieron, por ejemplo, los primeros disidentes religiosos de Europa
hacia Norteamérica. Otras causas igualmente difíciles de encasillar en teorías
generales son las del amor, que llevan a una persona a seguir a otra iniciando
una migración que tal vez otros sigan por razones muy distintas explicando así,
al menor en parte, la extraña geografía de muchos flujos migratorios cuya
concentración en ciertos lugares de origen o de llegada parecen ser puramente
aleatorios.
Enfoques migratorios a nivel medio
Las perspectivas macro y micro fueron severamente
criticadas durante los últimos decenios del siglo pasado ya que olvidaban que
entre los factores generales y los más particulares existen una serie de
estructuras que hacen posible la migración, abaratando sus costos y, de hecho,
canalizándola hacia ciertas zonas, nichos laborales y localidades concretas.
Surgió así el análisis de las redes migratorias que parte de la creación de un “capital social migratorio” que se va
acrecentando en la medida en que se fortalece la migración.13 Este capital social incluye desde
recursos materiales para posibilitar la partida y la inserción en la nueva
sociedad hasta contactos e información de decisiva importancia para el éxito
del proyecto migratorio. Se trata de una perspectiva en que el esfuerzo y los
elevados costos de los pioneros van formando un capital que hace más accesible
la migración para otros, habitualmente con menos recursos o circunstancias
menos favorables o afortunadas que las de los pioneros exitosos. Al mismo
tiempo, los pioneros se tienden a convertir en líderes del nuevo grupo
inmigrante, teniendo en sus manos las claves de la inserción en la sociedad de
acogida y buscando sacar ventajas de las mismas. Se forman así cadenas de
migrantes que, en sus expresiones más notables, llevan a la formación de los
así llamados “enclaves étnicos” de gran vitalidad económica pero que muchas
veces generan fuertes relaciones de explotación dentro del grupo respectivo.14 Clásicos ejemplos de ello se
dieron, y se dan todavía, en Estados Unidos, explicando desde la vitalidad
empresarial de parte significativa de la comunidad judía establecida allí
durante el siglo XIX hasta los “chinatowns” o el pujante enclave cubano de Miami.
Estos enclaves han mostrado que, a pesar de sus rasgos de abuso intraétnico, en
el largo plazo han sido trampolines del progreso de prácticamente toda la
comunidad étnica involucrada, tal como lo muestran los notables progresos
económicos de los descendientes de los inmigrantes judíos y chinos que hoy
cuentan con niveles de ingreso y educación muy superiores a la media de la
población estadounidense de origen anglosajón.
El estudio de las redes migratorias incluye también
aquellas que decididamente actúan fuera y en contra de la ley, habitualmente
calificadas como mafias donde el así llamado “traffiking” con fines de
explotación sexual es una fuente de ingentes ganancias para algunos y de gran
sufrimiento para muchos.
También se debe incluir en este enfoque meso el
estudio de lo que podríamos llamar la “industria de la migración”, que va desde
las empresas de viajes de “bajo costo” especializadas en el transporte de
migrantes a empresas que dan créditos para posibilitar la migración o aquellas
que posibilitan las comunicaciones o el envío de remesas. Todos estos son
elementos esenciales de proyectos migratorios que sin ellos serían
extremadamente difíciles y costosos.
Según el Informe sobre Desarrollo Humano 2009 del PNUD existirían unos mil millones de
migrantes en la actualidad. De ellos, la abrumadora mayoría serían migrantes
internos y solo menos de una cuarta parte se habría desplazado fuera de las
fronteras de su respectivo país. Así lo dice el informe mencionado:
Incluso con una definición
conservadora de la migración interna que computa el movimiento sólo a través de
las demarcaciones zonales más grandes de un país, el número de personas que se
desplaza internamente en nuestra muestra es seis veces mayor que quienes
emigran a otro país. Si usamos los patrones regionales que encontramos en estos
datos, calculamos que hay alrededor de 740 millones de migrantes internos en el
mundo, casi cuatro veces la cifra de quienes se desplazan internacionalmente.
En comparación, la cifra contemporánea de migrantes internacionales (214
millones o 3,1 % de la población mundial) parece pequeña.
El mismo informe muestra que el flujo mayoritario
de desplazamientos internacionales se dirigiría hacia países con niveles
semejantes de desarrollo. Un flujo considerable, pero minoritario, está sin
embargo formado por aquellas personas que se desplazan desde países pobres o
menos desarrollados a países ricos o más desarrollados. Esta migración
acostumbra a denominarse migración Sur-Norte (países pobres-países ricos). El
PNUD nos da la siguiente estimación de estos flujos: “si limitamos nuestra
atención a los movimientos internacionales, el grueso de ellos no se produce
entre países con niveles de desarrollo muy diferentes. Sólo el 37 % de la
migración mundial es desde países
en desarrollo a países
desarrollados. La mayoría del desplazamiento tiene lugar entre
países de la misma categoría de desarrollo: alrededor del 60 % de los
migrantes se traslada o bien entre países en desarrollo o entre países
desarrollados (el restante 3% se mueve desde países desarrollados a países en
desarrollo.”
En términos de género, la composición de las
migraciones internacionales se ha mantenido muy estable durante los últimos dos
decenios, mostrando una leve mayoría masculina lo que viene a contradecir la
idea tan común de una “feminización de las migraciones”. De hecho, según las
estimaciones de Naciones Unidas el porcentaje de mujeres en el
total de migrantes internacionales decrece levemente entre 1990 y 2010 (de 49,1
a 49 %). Este decrecimiento se observa tanto en los países más
desarrollados (de 52 a 51,5 %) como en aquellos menos desarrollados (de
45,9 a 45,3 %). Sin embargo, esto no obsta para constatar grandes
diferencias en términos de género entre los emigrantes de diversas regiones del
mundo. Las migraciones de América Central y del Sur hacia Europa están, por
ejemplo, fuertemente feminizadas, mientras que las de México a Estados Unidos o
las provenientes de África o, en general, del mundo musulmán, están claramente
masculinizadas.
Las estimaciones de las Naciones Unidas muestran además que si bien los
flujos migratorios internacionales han aumentado de manera considerable en
términos absolutos (de un total acumulado de 75 millones en 1960 a 214 en 2010)
su participación porcentual en el total de la población mundial prácticamente
no se ha alterado (2,5 % en 1960, 2,9 % en 1990 y 3,1 % en
2010). Esta constatación sorprende teniendo en cuenta la creciente
globalización y el aumento considerable de otros flujos internacionales
(turismo, mercancías, servicios, capital, información etc.). Comparando con la
ola migratoria de fines del siglo XIX vemos que los flujos actuales son en
realidad bastante limitados (3,1 % comparado con el 8,5 % de la
población mundial que se alcanzó antes de la Primera Guerra Mundial) a pesar de
las mejoras en los sistemas de transportes y el abaratamiento considerable del
uso de los mismos. Además, las disparidades que alientan las migraciones
muestran hoy por hoy niveles extraordinariamente altos, lo que eleva
considerablemente los beneficios que puede reportar el desplazarse de un país
pobre a un país rico. El informe del PNUD da al respecto los siguientes
ejemplos: “Los migrantes de los países con bajo IDH son quienes más pueden ganar y,
en efecto, en promedio vieron multiplicarse sus ingresos por 15 (a
US$15 000 por año), duplicaron sus tasas de matrícula en educación (de
47 % a 95 %) y redujeron la mortalidad infantil en 16 veces (de 112
muertes por cada 1000 nacidos vivos a siete).”19
Estos datos muy someros indican la existencia de
grandes incentivos a la migración, en particular aquella que hemos denominado
Sur-Norte. Se trata no solo de potenciales ganancias económicas y de bienestar
material sino de todas aquellas relacionadas con vivir en sociedades con
sistemas políticos democráticos y un amplio respeto a las libertades y los
derechos humanos. Sin fuertes trabas de carácter político-policial deberíamos,
por lo tanto, estar frente a flujos migratorios internacionales considerablemente
mayores que los que en realidad se observan. Estas barreras dificultan y
encarecen notablemente las migraciones Sur-Norte, haciéndolas en la práctica
accesibles solo a aquellos sectores sociales capaces de financiar sus altos
costos. Esto se relaciona con otro elemento que limita las migraciones
Sur-Norte actuales. Se trata de lo que en teoría migratoria se conoce como la
“trampa de la pobreza”, es decir, niveles de pobreza tales que impiden que
aquellos que más tendrían que ganar desplazándose hacia un país desarrollado no
puedan intentarlo dada su incapacidad de financiar los costos de la emigración.
En este sentido y contradiciendo lo que habitualmente se cree, un mayor
desarrollo en las áreas más pobres del planeta incrementaría notablemente la
capacidad migratoria de los habitantes de las mismas y por ello la presión
migratoria hacia el Norte.
Mirando ahora la distribución por país de acogida
se constata que Estados Unidos sigue siendo, como ya es tradicional, el
principal país receptor de inmigrantes con cerca de 43 millones de inmigrantes
legales en 2010 (a lo que hay que sumarle una cifra estimada en cerca de 10
millones de inmigrantes irregulares). A bastante distancia le siguen Rusia
(12,3 millones), Alemania (10,8 millones), Arabia Saudí (7,3 millones), Canadá
(7,2 millones), Francia (6,7 millones), Reino Unido (6,5 millones) y España
(6,4 millones). En todos estos casos hay que sumar un porcentaje que va de un 5
a un 15 % de inmigrantes irregulares. En porcentaje de su población, la
región que más ha recibido inmigrantes es Oceanía (16,8 %), seguido por
América del Norte (14,2 %) y Europa (9,5 %). A mucha distancia se
ubican África (1,9 %), Asia (1,3 %) y América Latina (1,3 %).
Dentro del total de migrantes internacionales
también se considera a los refugiados, que en 2010 sumaban según Naciones
Unidas 16,3 millones de personas, lo que representa un aumento respecto de la
cifra de 2005 pero, a su vez, un claro descenso respecto de 1990, cuando se
contabilizaron 18,5 millones de refugiados. En porcentaje de la población
mundial esto implica un descenso desde 0,35 % en 1990 a 0,24 % en
2010.
A largo plazo, las disparidades del desarrollo
demográfico de las diversas regiones del planeta serán de gran importancia para
entender las presiones migratorias. A este respecto se observan ya hoy grandes
disparidades, las que se verán significativamente aumentadas en las décadas
venideras. Esto es particularmente notable e importante en lo que se refiera a
la población en edad activa, elemento vital para el sustento de los niveles y
sistemas de bienestar de los diversos países.
Según las proyecciones del International Institute for
Applied Systems Analysis(IIASA)20 Europa y el Asia Oriental
experimentarán caídas poblacionales en las próximas décadas y, a su vez, una
redistribución de la población en detrimento del segmento en edad de trabajar.
Por su parte, Asia del Sur y sobre todo el África Subsahariana experimentarán
fuertes incrementos demográficos. Para poner un ejemplo, de acuerdo a las
cifras de Naciones Unidas la población europea de 15 a 59 años experimentará
entre 2010 y 2050 un descenso de casi 100 millones de personas (cerca de una
cuarta parte), al mismo tiempo la población de África Subsahariana en ese
segmento de edad aumentará en unos 600 millones de individuos.21
Estas extraordinarias disparidades, sumadas a las
grandes disparidades económicas, sociales y políticas que caracterizan el mundo
de hoy, serán los vectores futuros de la migración internacional.
Simultáneamente, el progreso económico y social de una porción creciente de la
población de los países en desarrollo ha ido aumentando significativamente la
cantidad de personas con recursos suficientes para financiar la migración hacia
el Norte. Baste solo recordar que según las cifras del Banco Mundial,
entre 1981 y 2005 aumentó el número de personas en el mundo en desarrollo que
disponen de un ingreso de más de 2,5 dólares por día de 930 a 3.500 millones de
individuos.22 Todo indica que este desarrollo
continuará, potenciando con gran fuerza la capacidad migratoria de un mayor
número de personas del mundo en desarrollo.
De los 209 Estados existentes, 43 países se
encuentran recibiendo inmigrantes, mientras que sólo 32 envían y 23 reciben y
envían. Un gran número de países están viviendo o desarrollando estos procesos
migratorios, con Estados Unidos a la cabeza, con 35 millones de inmigrantes.
Aproximadamente el número total de migrantes asciende a más de 175 millones de
personas, esto es, el 2,9 por ciento de la población mundial vive fuera de su
país de origen. Esto ha permitido una concientización mundial con respecto de
este fenómeno y la idea de la “aldea global”. Durante los últimos 35 años, el
número de migrantes internacionales ha crecido a más del doble.
Según datos de la CONAPO, entre 1995 y el año 2000,
1 millón 209 mil mexicanos emigraron a Estados Unidos, sin embargo, entre 2005
y 2010, únicamente lo hicieron 683 mil connacionales. Por otro lado, aumentó la
migración de retorno, de 267 mil migrantes entre 1995 a 2000, a 824 mil en el
quinquenio de 2005-2010, lo que representa un incremento del 300%. Se preguntan
si esto se trata de un nuevo patrón migratorio o si se trata de cambios
coyunturales debidos a la recesión económica y a las políticas migratorias del
vecino país, y que al momento de estabilizarse permitirán el retorno a los
patrones migratorios anteriores.
El tema migratorio en la agenda
internacional
Por la dinámica del tema, la migración es un tema
que es revisado por los diversos organismos internacionales. Entre ellos, se
destaca el trabajo de la Organización Internacional para las Migraciones y el Alto Comisionado de las
Naciones Unidas para los Refugiados. Además, se han abierto diversos
procesos de diálogo para atender el tema, como el Diálogo de Alto Nivel sobre Migración Internacional y Desarrollo y el Foro Mundial sobre Migración y Desarrollo.
La
Organización Internacional para las Migraciones
La Organización Internacional para las Migraciones
es una organización intergubernamental, fundada en 1951, que se ocupa de la problemática de
las migraciones. Con sede en Ginebra,
cuenta con oficinas locales en más de 100 países. Se trata de una organización
creada por tratado por los Estados soberanos, sin embargo, no depende de las Naciones Unidas.
En la actualidad, los Estados miembros son 127 y 18 son observadores, con la
adición de 76 organizaciones intergubernamentales y no gubernamentales. La OIM
cuenta con una estructura flexible y tiene más de 440 oficinas en más de 100
países.
Alto
Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados
El Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los
Refugiados (ACNUR, en inglés UNHCR, United Nations High Commissioner
for Refugees) es el
organismo de las Naciones Unidas encargado de proteger a los
refugiados y desplazados por persecuciones o conflictos, y promover soluciones
duraderas a su situación, mediante el reasentamiento voluntario en su país de
origen o en el de acogida. Tiene su sede en Ginebra, Suiza, y más de 250 oficinas repartidas por
todo el mundo.
Foro Mundial
sobre Migración y Desarrollo
El Foro Mundial sobre Migración y Desarrollo es una iniciativa de los Estados
para discutir los aspectos multidimensionales de la migración y el desarrollo. El
Foro Mundial surgió en el marco del Desarrollo celebrado en el seno
de la Asamblea General de las Naciones Unidas en 2006. A la fecha, el Foro
Mundial ha tenido cinco reuniones: Bruselas 2007, Manila 2008, Atenas 2009,Puerto Vallarta 2010, Ginebra 2011, Port Louis, Mauricio en 2012. La séptima reunión tendrá lugar en Estocolmo, Suecia en mayo de 2014.
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